GRECIA CLASICA

sábado, 13 de marzo de 2010



En la cuenca del Mediterráneo oriental los griegos ocupaban en la antigüedad el sur de la actual península de los Balcanes y las islas y costas de todo el mar Egeo. Su influencia se extendía también al sur de Italia y Sicilia y otros puntos de la costa del Mediterráneo.

La
península heládica es el resto de un antiguo continente que, por una serie de dislocaciones y fracturas, se fragmentó y a causa de esto, las cordilleras se transformaron en islas y los valles en golfos. El suelo está continuamente sometido a temblores y erupciones volcánicas, las zonas llanas están formadas en su mayor parte por franjas situadas entre montañas o entre la montaña y el mar, los ríos son escasos y cortos. Predomina el clima mediterráneo, con veranos secos y calurosos y con una corta temporada de lluvias. La vegetación era ya pobre en la época clásica y se encontraba en un proceso de deforestación muy avanzado. No hay zonas mineras ricas, pero hay que mencionar el mármol de Paros, la plata de Laurión (Ática) y el cobre de Eubea.
El predominio de zonas montañosas hace difícil las comunicaciones interiores y propicia la independencia de los distintos núcleos de población que sólo pueden entrar en contacto normalmente por mar.
Son varios los mares que circundan la casi totalidad del país (Mediterráneo, Egeo, Jónico) recortando sus costas de modo que abundan los buenos puertos que hacen posible el comercio con las numerosa islas.

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