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Omar Galindo Calderón(2)
“Cuanto más se problematizan los educandos, como seres en el mundo y con el mundo, se sentirán mayormente desafiados. Tanto más desafiados cuanto más obligados se vean a responder al desafío. Desafiados, comprenden el desafío en la propia acción de captarlo. Sin embargo, precisamente porque captan el desafío como un problema en sus conexiones con otros, en un plano de totalidad y no como algo petrificado, la comprensión resultante tiende a tornarse crecientemente crítica y, por esto, cada vez más desalineada”
PAULO FREIRE(3)
Omar Galindo Calderón(2)
“Cuanto más se problematizan los educandos, como seres en el mundo y con el mundo, se sentirán mayormente desafiados. Tanto más desafiados cuanto más obligados se vean a responder al desafío. Desafiados, comprenden el desafío en la propia acción de captarlo. Sin embargo, precisamente porque captan el desafío como un problema en sus conexiones con otros, en un plano de totalidad y no como algo petrificado, la comprensión resultante tiende a tornarse crecientemente crítica y, por esto, cada vez más desalineada”
PAULO FREIRE(3)
“…la tarea de enseñar a los estudiantes a escribir…, implica rechazar las visiones convencionales que interpretan esta actividad ya como una fuerza o disposición biológica, ya como un ejercicio de buena percepción. Lo que se ha de demostrar es que escribir es un proceso interdisciplinario basado en axiomas conductuales de aprendizaje. Reconociendo estos axiomas, los estudiantes estarán en condiciones de servirse de la escritura como una herramienta pedagógica para pensar con mayor sentido critico…”
HENRY GIROUX(4)
En el presente escrito se pretende poner en claro el carácter educativo, pedagógico, comunicativo y critico, que ha poseído históricamente y posee aún hoy con mucha mas vigencia la escritura, entendiéndola como aquella estrategia educomunicativa que puede y debe dinamizar y potenciar el papel de todo sujeto-específicamente de los estudiantes-, en verdadero sujeto político capaz de transformar aquellas dinámicas caracterizadas por desigualdades, contradicciones e injusticias sociales, las mismas que particularizan no solo el contexto Colombiano sino también nuestro escenario mundial. De ahí que, las líneas que siguen se encontraran matizadas por las diferentes aclaraciones y reflexiones suscitadas en el espacio académico Educación y Comunicación I, las cuales es necesario vincularlas a través de un breve referenciamiento histórico del papel instrumentalizado que ha caracterizado la escritura, lo cual sugiere repensar la relación dialéctica hombre-sociedad y examinar a partir de allí la construcción de nuevas subjetividades en caminadas a la conformación y configuración de verdaderos ciudadanos. Para ello, es fundamental enaltecer el progresivo ingreso que ha tenido la comunicación en la educacion y, por tal razón, los debates que algunos autores como; Paulo Freire, Mario Kaplun, Jorge Huergo, Pedro Gomes, J.Sarramona, Carlos Valderrama-entre otros-, que han sugerido a partir de esta correlación, aclara, contribuye y amplia la perspectiva educomunicativa y su intrínseca relación con la escritura, llegando a reposicionarla y considerarla emancipadora y liberadora, constituyéndose en un espacio de enunciación valido para el mejoramiento y desarrollo de nuestra sociedad. Así mismo, es indispensable vincular la estrecha reciprocidad que caracteriza las distintas disertaciones pedagógicas y los diversos procesos de desarrollo de pensamiento que terminan por darle mayor fortaleza y solidez a la contemporaneidad de la escritura como eje pivotal que permite la conformación de un pensamiento critico, el cual posibilitara el emprendimiento conciente y critico de proyectos sociales con alto potencial configurador y constructuctor de una mejor sociedad para las futuras generaciones.
De esta manera, la escritura se constituye en un medio comunicativo con un amplio margen de enseñanza/aprendizaje continuo, trascendental para la conformación de pensamiento crítico en estudiantes que, acompañada de una implementación gradual y rigurosa de habilidades de pensamiento logran construir y deconstruir constantemente la interpretación que todo individuo elabora respecto a la realidad social. De ahí que, sea de vital importancia resignificar los horizontes educativos que involucren o traten de armonizar procesos comunicativos y educativos en diversos espacios, a lo cual Carlos Valderrama sostiene que “…las instituciones educativas-que tengan en cuenta-…la educación mediática-deberán-, contemplar la integralidad, los cambios en la estructura escolar y en la formación de formadores, una alfabetización múltiple, la creación de nuevas pedagogías que permitan convertir en educativo aquello que no fue pensado con ese fin” (5).
En este sentido, resulta indispensable vincular en las diversas estrategias de enseñanza/aprendizaje utilizadas por los educadores de las diferentes áreas del conocimiento y programas afines a la educación, procesos graduales de interpretación crítica de la realidad, a partir de la implementación de habilidades de pensamiento en estudiantes que permitan constituir verdaderamente una ciudadanía, en donde “el papel de la escuela y de los educadores debe orientarse a la formación de sujetos que puedan comunicarse en y con una sociedad como la nuestra, con sus dinámicas de reordenamiento cultural, segmentaciones, diferenciaciones y desigualdades”(6) , y a su vez, conciban y reconozcan en la inmersión de procesos concientes de las nuevas tecnologías de la información(TICS) y las ya existentes como la escritura, un lugar de comunicación, enunciación y posicionamiento valido para la transformación social.
Aunque, no podemos dejar de lado que en la actualidad experimentamos absortos la configuración constante de una sociedad a escala global y local que, no asume con racionalidad la función que democráticamente le compete a todo ciudadano. Ello, derivado de propuestas que, como la educación que pone “énfasis en los efectos” y que ha tenido gran influencia en la concepción sobre la comunicación, pretende que todo individuo se adhiera al orden social dominante y reproduzca las concepciones comunicativas de viejo cuño, aspecto que reseña y resalta Mario Kaplun de la siguiente manera; es “un método mas rápido-de aprendizaje- y eficiente, mas impactante, mas hecho en serie, de condicionar al educando para que adoptara las conductas y las ideas que el planificador había determinado previamente…, lo que el educando tiene que hacer, como debe actuar, incluso que debe pensar…, a esto podría llamársele educación manipuladora”(7) .
Por tal motivo, se deben replantear contextualmente las perspectivas que orientan el quehacer del docente para que pueda constituir mancomunadamente por el progreso social que vinculé y rescate al sujeto como centro generador y posibilitador de cambio, el cual revierta el orden social imperante, cargado de inmensas contradicciones, en donde el principal actor es el capital y no el ser humano. El mismo, que debilita progresivamente su rol activo y democrático dentro de la sociedad, debido a una aceptación continua y pronunciado de todo aquello que le ofrece una mal interpretación y desperdicio del potencial que tienen los diferentes medios de comunicación-especialmente la televisión-, a lo cual Ignacio Ramonet afirma que; “muchos ciudadanos…, confortablemente instalados en el sofá de su salón, mirando en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos a base de imágenes fuertes, violentas y espectaculares, pueden informarse con seriedad. Error mayúsculo. Por tres razones: la primera, porque el periodismo televisivo, estructurado como una ficción, no está hecho para informar sino para distraer; en segundo lugar, porque la sucesión rápida de noticias breves y fragmentadas (una veintena por cada telediario) produce un doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación; y, finalmente, porque querer informarse sin esfuerzo es una ilusión más acorde con el mito publicitario que con la movilización cívica. Informarse cansa y es a este precio al que el ciudadano adquiere el derecho a participar inteligentemente en la vida democrática”(8) .
Por tal razón, es pertinente en este momento histórico y social recordar el llamado que realizaba Kant cuando lo interrogaban acerca de la ilustración, el cual, entre líneas se expresa de la siguiente forma; “La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía del otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por si mismo de ella sin la tutela de otro… ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!”(9) . La misma que, en la actualidad es inteligentemente moldeada, maleable y manipulada, en donde encuentra asidero en los grandes focos del capitalismo, en otras palabras, la razón que ostenta gran parte de la población mundial-incluyendo a toda la comunidad estudiantil- surge de estructuras propias de una sociedad de consumo, engendradas por grandes cerebros localizados en las majestuosas catedrales del poder y el dinero que, tienen su máxima expresión en las pomposas y magnánimas entidades corporativas. Las cuales, lúcidamente elaboran estrategias de mercadeo que mantienen el orden social, enarbolando así, un colectivo social mundial y local incapaz de interpretar lo que sucede en su entorno, incapaz de interrogarse y encontrar respuestas a su contexto cargado de desigualdad y pobreza, incapaz de establecer relaciones causa-efecto de las insondables y crecientes brechas sociales presentadas a nivel macro y micro contextual, incapaz de emprender acciones que reviertan la sumisión de millones de habitantes ante unos pocos que detentan el poder, éstos y muchos otros aspectos caracterizan la relación hombre-sociedad-, en resumen, somos un colectivo social incapaz de servirse de su propia razón.
Así las cosas y, ante este panorama distorsionado, cargado de confusión, es necesario nombrar algunos enfoques que han hecho de la escritura una estrategia comunicativa con inmersión gradual en lindes pedagógicas y educativas en múltiples contextos. En principio, cabe notar que la escritura y la reflexión que se hace sobre ésta surgió apenas hace algunas décadas, puesto que los modelos tradicionales de educación y comunicación no resignificaban el carácter potencial-social que trae implícita la escritura. Además, históricamente ha existido una falsa creencia que solo aquellos que han sido formados en áreas de lengua castellana, son los únicos capaces de instruir a los estudiantes en el campo de la escritura. Entendida de esta manera, la escritura se convierte en una herramienta de transmisión de información con un nulo carácter reflexivo y con poca intención activa y comunicativa. Es así como, es trascendental recordar el llamado que hacia Freire al replantear la educación tradicional o “bancaria” en una educación ploblematizadora, ya que “Al contrario de la concepción “bancaria”, la educación problematizadora, respondiendo a la esencia del ser de la conciencia, que es su intencionalidad, niega los comunicados y da existencia a la comunicación. Se identifica con lo propio de la condena que es ser, siempre, conciencia de, no sólo cuando se intenciona hacia objetos, sino también cuando se vuelve sobre si misma, en lo que Jaspers denomina “escisión”. Escisión en la que la conciencia es conciencia de la conciencia”(10) .
Por tal razón, es necesario revaluar los procesos escritúrales, puesto que se han convertido en una habilidad que se adquiere progresivamente en el transcurso del aprendizaje al interior del escenario escolar en los diversos niveles de la educación, el cual ha sido, está y continuará siendo instrumentalizado si los educadores no cuestionan su práctica relacionada con la escritura y sus alcance verdaderamente comunicativos en, entre, por, para y desde los estudiantes con los demás miembros de la comunidad educativa, reproduciendo de esta manera un conjunto de individuos incapaces de estructurar un pensamiento complejo que, les permita ser participes y artífices de una sociedad posible, mejor e igualitaria, en otras palabras, los escenarios escolares se están convirtiendo en simples reproductores de lo que Jorge Huergo llamaría una “cultura escolar” que enfatiza en “la producción, transmisión y reproducción que tiende a la organización racional de la vida social cotidiana. La cultura escolar, entonces, transforma desde dentro la cotidianidad social, imprimiendo en ella formas de distribución, disciplinamiento y control de prácticas, saberes y representaciones aun mas allá de los ámbitos identificados como la institución escolar”(11) . Características, que minan el dialogo interdisciplinar al cual debe acceder todo estudiante, y sobre el cual deben estar los basamentos de una verdadera pedagogía educomunicativa de los procesos de enseñanza/aprendizaje de la escritura, y al que Valderrama hace referencia “el campo de la comunicación-educación seria-debería- producto de un dialogo de saberes, dialogo no solo entre los distintos saberes hegemónicos, sino entre estos y los contrahegemónicos, aquellos que apelan a otras sensibilidades, se fundamentan en otras lógicas y tienen otros modos de mirar el mundo”(12) .
Por tal razón, sino reestructuramos nuestras estrategias de enseñanza/aprendizaje, seguiremos en presencia de un inmutable orden social que designe funciones y roles inamovibles, ya que es necesario resaltar que a través de una escritura critica y realmente comunicativa se hacen visibles los ignorados, los sin tierra, los subalternos, es decir, puede y debe ser la escritura una mediación entre el sujeto y una manera renovada de analizar, repensar y concebir el entorno en el cual nos encontramos inmersos. En efecto, hay que considerar la escritura “…en su doble vertiente de proceso interdisciplinario y de epistemología capaz de enseñar a los estudiantes a pensar crítica y racionalmente sobre una materia…”(13) , esto implica que la escritura sea concebida mas allá de una habilidad instrumental que no logra establecer niveles de comprensión en los estudiantes, por el contrario, se trata de considerar en el acto de escribir como una renovada manera de aprehender y comunicar. De esta manera, un educador que quiera conformar un pensamiento crítico a través de procesos educomunicativos que privilegien la escritura en sus estudiantes deberá reflexionar constantemente su práctica educativa, pedagógica y didáctica reflejada en una estructura curricular basada en las múltiples particularidades sociales, políticas, económicas y culturales que presenta el contexto en el cual se encuentran los estudiantes, así mismo, acoger e involucrar el capital social y cultural que éstos traen al escenario escolar, igualmente, preponderar por aquella perspectiva social docente encaminada a la transformación de personas y contextos justos socialmente.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS
[1] Ensayo presentado en el marco del espacio académico Multimedia I, orientado por el profesor Guillermo Reyes Fierro, como parte del proceso formativo de la Especialización En Comunicación Educativa gestado en Universidad Minuto De Dios.
[2] Licenciado En Ciencias Sociales (UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL), Especialista En Comunicación Educativa (UNIMINUTO)-EN CURSO-.
[3] FREIRE, Paulo en “PEDAGOGIA DEL OPRIMIDO”. Pág. 58
[4] GIROUX, Henry en “LOS PROFESORES COMO INTELECTUALES”. ED PAIDOS Barcelona, ESPAÑA. 1997. Pág. 119
[5] VALDERRAMA, Carlos. “COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN. COORDENADAS, ABORDAJES Y TRAVESÍAS”. Universidad Central. Siglo del Hombre Editores. Bogota. Introducción, Pág. 20.
[6] Ibíd., Pág. 21
[7] KAPLUN, Mario. En “EL COMUNICADOR POPULAR”. Lumen-Humanitas. Buenos Aires, Parte 1.1987. Pág. 31
[8] Ramonet, Ignacio: “Informarse cuesta”, Le Monde Diplomatique. Edición española, No 14, Diciembre 1996.
[9] Kant, E. (1995). ¿Qué es la Ilustración?, En: Filosofía de la Historia. México: FCE. Pág. 25.
[10] FREIRE, Paulo en “PEDAGOGIA DEL OPRIMIDO”. Pág. 56
HENRY GIROUX(4)
En el presente escrito se pretende poner en claro el carácter educativo, pedagógico, comunicativo y critico, que ha poseído históricamente y posee aún hoy con mucha mas vigencia la escritura, entendiéndola como aquella estrategia educomunicativa que puede y debe dinamizar y potenciar el papel de todo sujeto-específicamente de los estudiantes-, en verdadero sujeto político capaz de transformar aquellas dinámicas caracterizadas por desigualdades, contradicciones e injusticias sociales, las mismas que particularizan no solo el contexto Colombiano sino también nuestro escenario mundial. De ahí que, las líneas que siguen se encontraran matizadas por las diferentes aclaraciones y reflexiones suscitadas en el espacio académico Educación y Comunicación I, las cuales es necesario vincularlas a través de un breve referenciamiento histórico del papel instrumentalizado que ha caracterizado la escritura, lo cual sugiere repensar la relación dialéctica hombre-sociedad y examinar a partir de allí la construcción de nuevas subjetividades en caminadas a la conformación y configuración de verdaderos ciudadanos. Para ello, es fundamental enaltecer el progresivo ingreso que ha tenido la comunicación en la educacion y, por tal razón, los debates que algunos autores como; Paulo Freire, Mario Kaplun, Jorge Huergo, Pedro Gomes, J.Sarramona, Carlos Valderrama-entre otros-, que han sugerido a partir de esta correlación, aclara, contribuye y amplia la perspectiva educomunicativa y su intrínseca relación con la escritura, llegando a reposicionarla y considerarla emancipadora y liberadora, constituyéndose en un espacio de enunciación valido para el mejoramiento y desarrollo de nuestra sociedad. Así mismo, es indispensable vincular la estrecha reciprocidad que caracteriza las distintas disertaciones pedagógicas y los diversos procesos de desarrollo de pensamiento que terminan por darle mayor fortaleza y solidez a la contemporaneidad de la escritura como eje pivotal que permite la conformación de un pensamiento critico, el cual posibilitara el emprendimiento conciente y critico de proyectos sociales con alto potencial configurador y constructuctor de una mejor sociedad para las futuras generaciones.
De esta manera, la escritura se constituye en un medio comunicativo con un amplio margen de enseñanza/aprendizaje continuo, trascendental para la conformación de pensamiento crítico en estudiantes que, acompañada de una implementación gradual y rigurosa de habilidades de pensamiento logran construir y deconstruir constantemente la interpretación que todo individuo elabora respecto a la realidad social. De ahí que, sea de vital importancia resignificar los horizontes educativos que involucren o traten de armonizar procesos comunicativos y educativos en diversos espacios, a lo cual Carlos Valderrama sostiene que “…las instituciones educativas-que tengan en cuenta-…la educación mediática-deberán-, contemplar la integralidad, los cambios en la estructura escolar y en la formación de formadores, una alfabetización múltiple, la creación de nuevas pedagogías que permitan convertir en educativo aquello que no fue pensado con ese fin” (5).
En este sentido, resulta indispensable vincular en las diversas estrategias de enseñanza/aprendizaje utilizadas por los educadores de las diferentes áreas del conocimiento y programas afines a la educación, procesos graduales de interpretación crítica de la realidad, a partir de la implementación de habilidades de pensamiento en estudiantes que permitan constituir verdaderamente una ciudadanía, en donde “el papel de la escuela y de los educadores debe orientarse a la formación de sujetos que puedan comunicarse en y con una sociedad como la nuestra, con sus dinámicas de reordenamiento cultural, segmentaciones, diferenciaciones y desigualdades”(6) , y a su vez, conciban y reconozcan en la inmersión de procesos concientes de las nuevas tecnologías de la información(TICS) y las ya existentes como la escritura, un lugar de comunicación, enunciación y posicionamiento valido para la transformación social.
Aunque, no podemos dejar de lado que en la actualidad experimentamos absortos la configuración constante de una sociedad a escala global y local que, no asume con racionalidad la función que democráticamente le compete a todo ciudadano. Ello, derivado de propuestas que, como la educación que pone “énfasis en los efectos” y que ha tenido gran influencia en la concepción sobre la comunicación, pretende que todo individuo se adhiera al orden social dominante y reproduzca las concepciones comunicativas de viejo cuño, aspecto que reseña y resalta Mario Kaplun de la siguiente manera; es “un método mas rápido-de aprendizaje- y eficiente, mas impactante, mas hecho en serie, de condicionar al educando para que adoptara las conductas y las ideas que el planificador había determinado previamente…, lo que el educando tiene que hacer, como debe actuar, incluso que debe pensar…, a esto podría llamársele educación manipuladora”(7) .
Por tal motivo, se deben replantear contextualmente las perspectivas que orientan el quehacer del docente para que pueda constituir mancomunadamente por el progreso social que vinculé y rescate al sujeto como centro generador y posibilitador de cambio, el cual revierta el orden social imperante, cargado de inmensas contradicciones, en donde el principal actor es el capital y no el ser humano. El mismo, que debilita progresivamente su rol activo y democrático dentro de la sociedad, debido a una aceptación continua y pronunciado de todo aquello que le ofrece una mal interpretación y desperdicio del potencial que tienen los diferentes medios de comunicación-especialmente la televisión-, a lo cual Ignacio Ramonet afirma que; “muchos ciudadanos…, confortablemente instalados en el sofá de su salón, mirando en la pequeña pantalla una sensacional cascada de acontecimientos a base de imágenes fuertes, violentas y espectaculares, pueden informarse con seriedad. Error mayúsculo. Por tres razones: la primera, porque el periodismo televisivo, estructurado como una ficción, no está hecho para informar sino para distraer; en segundo lugar, porque la sucesión rápida de noticias breves y fragmentadas (una veintena por cada telediario) produce un doble efecto negativo de sobreinformación y desinformación; y, finalmente, porque querer informarse sin esfuerzo es una ilusión más acorde con el mito publicitario que con la movilización cívica. Informarse cansa y es a este precio al que el ciudadano adquiere el derecho a participar inteligentemente en la vida democrática”(8) .
Por tal razón, es pertinente en este momento histórico y social recordar el llamado que realizaba Kant cuando lo interrogaban acerca de la ilustración, el cual, entre líneas se expresa de la siguiente forma; “La ilustración es la liberación del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la guía del otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en la falta de inteligencia sino de decisión y valor para servirse por si mismo de ella sin la tutela de otro… ¡Ten el valor de servirte de tu propia razón!”(9) . La misma que, en la actualidad es inteligentemente moldeada, maleable y manipulada, en donde encuentra asidero en los grandes focos del capitalismo, en otras palabras, la razón que ostenta gran parte de la población mundial-incluyendo a toda la comunidad estudiantil- surge de estructuras propias de una sociedad de consumo, engendradas por grandes cerebros localizados en las majestuosas catedrales del poder y el dinero que, tienen su máxima expresión en las pomposas y magnánimas entidades corporativas. Las cuales, lúcidamente elaboran estrategias de mercadeo que mantienen el orden social, enarbolando así, un colectivo social mundial y local incapaz de interpretar lo que sucede en su entorno, incapaz de interrogarse y encontrar respuestas a su contexto cargado de desigualdad y pobreza, incapaz de establecer relaciones causa-efecto de las insondables y crecientes brechas sociales presentadas a nivel macro y micro contextual, incapaz de emprender acciones que reviertan la sumisión de millones de habitantes ante unos pocos que detentan el poder, éstos y muchos otros aspectos caracterizan la relación hombre-sociedad-, en resumen, somos un colectivo social incapaz de servirse de su propia razón.
Así las cosas y, ante este panorama distorsionado, cargado de confusión, es necesario nombrar algunos enfoques que han hecho de la escritura una estrategia comunicativa con inmersión gradual en lindes pedagógicas y educativas en múltiples contextos. En principio, cabe notar que la escritura y la reflexión que se hace sobre ésta surgió apenas hace algunas décadas, puesto que los modelos tradicionales de educación y comunicación no resignificaban el carácter potencial-social que trae implícita la escritura. Además, históricamente ha existido una falsa creencia que solo aquellos que han sido formados en áreas de lengua castellana, son los únicos capaces de instruir a los estudiantes en el campo de la escritura. Entendida de esta manera, la escritura se convierte en una herramienta de transmisión de información con un nulo carácter reflexivo y con poca intención activa y comunicativa. Es así como, es trascendental recordar el llamado que hacia Freire al replantear la educación tradicional o “bancaria” en una educación ploblematizadora, ya que “Al contrario de la concepción “bancaria”, la educación problematizadora, respondiendo a la esencia del ser de la conciencia, que es su intencionalidad, niega los comunicados y da existencia a la comunicación. Se identifica con lo propio de la condena que es ser, siempre, conciencia de, no sólo cuando se intenciona hacia objetos, sino también cuando se vuelve sobre si misma, en lo que Jaspers denomina “escisión”. Escisión en la que la conciencia es conciencia de la conciencia”(10) .
Por tal razón, es necesario revaluar los procesos escritúrales, puesto que se han convertido en una habilidad que se adquiere progresivamente en el transcurso del aprendizaje al interior del escenario escolar en los diversos niveles de la educación, el cual ha sido, está y continuará siendo instrumentalizado si los educadores no cuestionan su práctica relacionada con la escritura y sus alcance verdaderamente comunicativos en, entre, por, para y desde los estudiantes con los demás miembros de la comunidad educativa, reproduciendo de esta manera un conjunto de individuos incapaces de estructurar un pensamiento complejo que, les permita ser participes y artífices de una sociedad posible, mejor e igualitaria, en otras palabras, los escenarios escolares se están convirtiendo en simples reproductores de lo que Jorge Huergo llamaría una “cultura escolar” que enfatiza en “la producción, transmisión y reproducción que tiende a la organización racional de la vida social cotidiana. La cultura escolar, entonces, transforma desde dentro la cotidianidad social, imprimiendo en ella formas de distribución, disciplinamiento y control de prácticas, saberes y representaciones aun mas allá de los ámbitos identificados como la institución escolar”(11) . Características, que minan el dialogo interdisciplinar al cual debe acceder todo estudiante, y sobre el cual deben estar los basamentos de una verdadera pedagogía educomunicativa de los procesos de enseñanza/aprendizaje de la escritura, y al que Valderrama hace referencia “el campo de la comunicación-educación seria-debería- producto de un dialogo de saberes, dialogo no solo entre los distintos saberes hegemónicos, sino entre estos y los contrahegemónicos, aquellos que apelan a otras sensibilidades, se fundamentan en otras lógicas y tienen otros modos de mirar el mundo”(12) .
Por tal razón, sino reestructuramos nuestras estrategias de enseñanza/aprendizaje, seguiremos en presencia de un inmutable orden social que designe funciones y roles inamovibles, ya que es necesario resaltar que a través de una escritura critica y realmente comunicativa se hacen visibles los ignorados, los sin tierra, los subalternos, es decir, puede y debe ser la escritura una mediación entre el sujeto y una manera renovada de analizar, repensar y concebir el entorno en el cual nos encontramos inmersos. En efecto, hay que considerar la escritura “…en su doble vertiente de proceso interdisciplinario y de epistemología capaz de enseñar a los estudiantes a pensar crítica y racionalmente sobre una materia…”(13) , esto implica que la escritura sea concebida mas allá de una habilidad instrumental que no logra establecer niveles de comprensión en los estudiantes, por el contrario, se trata de considerar en el acto de escribir como una renovada manera de aprehender y comunicar. De esta manera, un educador que quiera conformar un pensamiento crítico a través de procesos educomunicativos que privilegien la escritura en sus estudiantes deberá reflexionar constantemente su práctica educativa, pedagógica y didáctica reflejada en una estructura curricular basada en las múltiples particularidades sociales, políticas, económicas y culturales que presenta el contexto en el cual se encuentran los estudiantes, así mismo, acoger e involucrar el capital social y cultural que éstos traen al escenario escolar, igualmente, preponderar por aquella perspectiva social docente encaminada a la transformación de personas y contextos justos socialmente.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFIAS
[1] Ensayo presentado en el marco del espacio académico Multimedia I, orientado por el profesor Guillermo Reyes Fierro, como parte del proceso formativo de la Especialización En Comunicación Educativa gestado en Universidad Minuto De Dios.
[2] Licenciado En Ciencias Sociales (UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL), Especialista En Comunicación Educativa (UNIMINUTO)-EN CURSO-.
[3] FREIRE, Paulo en “PEDAGOGIA DEL OPRIMIDO”. Pág. 58
[4] GIROUX, Henry en “LOS PROFESORES COMO INTELECTUALES”. ED PAIDOS Barcelona, ESPAÑA. 1997. Pág. 119
[5] VALDERRAMA, Carlos. “COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN. COORDENADAS, ABORDAJES Y TRAVESÍAS”. Universidad Central. Siglo del Hombre Editores. Bogota. Introducción, Pág. 20.
[6] Ibíd., Pág. 21
[7] KAPLUN, Mario. En “EL COMUNICADOR POPULAR”. Lumen-Humanitas. Buenos Aires, Parte 1.1987. Pág. 31
[8] Ramonet, Ignacio: “Informarse cuesta”, Le Monde Diplomatique. Edición española, No 14, Diciembre 1996.
[9] Kant, E. (1995). ¿Qué es la Ilustración?, En: Filosofía de la Historia. México: FCE. Pág. 25.
[10] FREIRE, Paulo en “PEDAGOGIA DEL OPRIMIDO”. Pág. 56
[11]HUERGO, Jorge y FERNANDEZ, Maria (1999). En “CULTURA ESCOLAR, CULTURA MEDIATICA/INTERSECCIONES”. Universidad Pedagógica Nacional. Bogota. Pág. 47
[12] VALDERRAMA, Carlos. “COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN. COORDENADAS, ABORDAJES Y TRAVESÍAS”. Universidad Central. Siglo del Hombre Editores. Bogota. Introducción, Pág. 21
[13] GIROUX, Henry en “LOS PROFESORES COMO INTELECTUALES”. ED PAIDOS Barcelona, ESPAÑA. 1997. Pág. 104
[12] VALDERRAMA, Carlos. “COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN. COORDENADAS, ABORDAJES Y TRAVESÍAS”. Universidad Central. Siglo del Hombre Editores. Bogota. Introducción, Pág. 21
[13] GIROUX, Henry en “LOS PROFESORES COMO INTELECTUALES”. ED PAIDOS Barcelona, ESPAÑA. 1997. Pág. 104
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